Muchas circunstancias de la vida me han traído siempre por los periplos de la escritura. Recientemente, ante el confinamiento necesario, tales rondines se han vuelto indispensables. En tiempos audiovisuales, la idea de escribir un blog me parecía tan absurda como osada y, por ello, la natural seducción del imposible me trajo por estos caminos.

Yo mismo no sé lo que vas a encontrar aquí y no puedo prometerte nada en particular. Lo que sí sé es que si te das una vuelta por aquí cada ciertos días, seguro hallarás algo con lo que entretenerte, enojarte o simplemente distraerte del denso trajín de los virus y las distancias.

Este no es el primer blog que hago, pero por ahora es el único que tengo, así que si me has leído en otros lados, por favor, sé discreto, que nadie quiere acordarse de aquellas vergüenzas adolescentes.

Et vale.